En las profundidades del mar mientras el pescador espera pacientemente que se llenen sus redes y se muevan sus anzuelos…aparece en su ensoñación la figura de Yemanyá, la diosa del océano, quien lo invita a quedarse admirando su maravilloso entorno y figura, ya estando en una pausa sin tiempo y sin darse cuenta sus redes están repletas y sus anzuelos bailan sin parar